Odontopediatría

Disponemos de especialistas en odontología infantil que tratan las patologías propias de los dientes y huesos maxilares en fase de crecimiento para minimizar problemas en la edad adulta.

¿Qué es la odontopediatría?

La odontopediatría es la rama de la odontología encargada de tratar a los niños.
El odontopediatra será, por tanto, el encargado de explorar y tratar al paciente. También se encarga de detectar posibles anomalías en la posición de los maxilares o dientes para remitir al ortodoncista, especialista en ortodoncia, y de hacer un tratamiento restaurador en caso de necesitarlo.
El tratamiento restaurador principalmente se compone de tratar los traumatismos, usar selladores, que consiste en obturar levemente los surcos y fisuras de las piezas dentales sin apenas quitar material dental para evitar posibles caries, y en tratar las caries producidas y sus consecuencias.

¿Qué diferencia hay con la odontología general?

La principal diferencia entre la odontología habitual y la odontopediatría en el tratamiento de caries es la presencia de los dientes temporales o de leche en los niños lo cual hace que el tratamiento cambie, de forma que las lesiones ocurridas en la dentición temporal se tratarán de una manera menos conservadora y más agresiva que las ocurridas en los dientes permanentes, para evitar que, en el peor de los casos, se pudiera dar un tratamiento insuficiente a un diente temporal que luego repercutiría en su sucesor el diente permanente.

Participamos en el PABIJ

La Clínica Dental de la Dra. Mora (Centro y Casablanca) participa con el Gobierno de Aragón en el Plan de Asistencia Bucodental Infantil y Juvenil (PABIJ).

Más información en:

¿Qué materiales se usan?

Son resinas que se aplican sobre las caras masticatorias de los dientes. Disminuyen la probabilidad de padecer caries en los dientes sobre los que se colocan. Actúan como barreras de protección, evitan que los restos de alimentos se alojen en los relieves de los dientes.

Convierten las caras masticatorias de las piezas dentales en superficies lisas y fáciles de limpiar Suelen aplicarse en niños de 6 a 7 años, cuando los dientes definitivos comienzan a salir. Aunque el sellador facilita la limpieza, no se debe descuidar el cepillado, si no se efectúa una correcta higiene puede surgir una caries cerca del sellador.

La colocación de los selladores no daña el esmalte, no requiere anestesia, el dentista cepilla la pieza y la pincela con una crema, que endurece al aplicarle una luz especial. Los selladores duran bastante tiempo, pero es necesario el control periódico del dentista para controlar su estado.

Para la base o el fondo de la cavidad se usan hidróxido de calcio, óxido de zinc eugenol que es una sustancia antibacteriana que forma dentina secundaria, ionómero de vidrio que libera flúor y, antes se usaba, cemento policarboxilato y fosfato de zinc que ya no se utilizan por ser muy tóxicos. La base cavitaria ocupará décimas de milímetros de la cavidad total realizada.

Son materiales utilizados durante un tiempo limitado hasta que el material permanente está disponible. Son: ionómeros, amalgama de plata, cemento de fostato de zinc y óxido de zinc eugenol.

Son los materiales que usaremos en las obturaciones definitivas.

El único que podemos usar en condiciones inadecuadas como puede ser un diente difícil o dificultad para aislarlo.

Cuida nuestro esmalte

Nuestras recomendaciones

• En los niños de 2 a 4 años de edad casi 2/5 de ellos tiene, al menos, una caries.

• El embarazo es una fase ideal para el establecimiento de buenos hábitos para la futura mamá y bebé.

• La higiene bucal debe iniciarse desde el primer día. Hasta los 6 meses puede utilizarse una gasa humedecida masajeando las encías y retirando los restos de leche. En las farmacias hay otras opciones como guantes de algodón o silicona.

• A partir de los 6 meses es obligatorio el cepillado nocturno.

• La primera visita al dentista debería ser alrededor de los 12 meses, encaminada a orientar a los padres en relación a la salud bucal de sus hijos.

• A partir del primer año y hasta los 8 años, se recomienda un mínimo de 2 cepillados al día supervisados por el papá o mamá.

• Si estás embarazada o tienes hijos que todavía no han acudido al dentista, no dudes en visitarnos.

Servicio de relajación infantil

NUEVO SERVICIO EN CLINICA DRA. MORA - HERNÁN CORTÉS

• Hemos incorporado un servicio de sedación para que los niños y niñas estén relajados durante la visita (bajo petición de los padres / tutores).

• Se realiza mediante inhalación con mascarilla de óxido nitroso, también llamado “gas de la risa”. Pide información en recepción.

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¿Sabías que...?

Los traumatismos dentales son muy frecuentes en niños y adolescentes. Muchos de los dientes definitivos pueden ser salvados si actuamos correctamente y asistimos inmediatamente al dentista.  Es importante saber el protocolo a seguir cuando se fractura un diente o cuando se cae a causa de un traumatismo, antes de poder acudir a la clínica dental.

 

Aquí os dejamos una pequeña guía:

¿Qué hacer si se fractura un diente?

1. Buscar el trozo fracturado

2. El diente puede ser reparado si se conserva en suero fisiológico, leche o en la propia saliva

3. Para que sea posible repararlo hay que acudir lo antes posible al dentista

¿Qué hacer si el diente se cae por traumatismo?

1. Buscar el diente

2. Cogerlo por la corona. NUNCA por la raíz.

3. Si el diente no esta limpio, lavarlo 10 segundos sin frotar la raíz.

4. Para poder recolocar el diente se deb guardar en suero fisiológico, leche o en saliva del propio afectado.

5. Buscar la atención de un profesional en un máximo de 2 horas.

La importancia de la higiene dental infantil

• Nos encantaría que todos los niños y niñas disfrutasen de una boca limpia y sana. ¡Así sonreirán más que nunca!

• Desde Clínica Dental Dra. Mora les recomendamos que se visiten periódicamente para poder detectar a tiempo posibles anomalías en cuanto a la higiene u otras patologías.

• Sólo si los dientes están sanos, el Ratoncito Pérez podrá llevárselos y dejarles un regalito a cambio.

ratoncito perez

Cuento del
Ratoncito Pérez

Pepito Pérez era un pequeño ratoncito de ciudad. Vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio. El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer.

Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vio un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros…, parecía que alguien se iba a instalar allí.

Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental.

A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía la doctora Cristina Cuadros. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón.
Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina… Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso.

Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos… Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.
Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él.

Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vio como la doctora Cristina Cuadros le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada.
Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que la doctora le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande.

El doctor se lo quitó y se lo dio de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: ‘Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente’, pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar.

El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada.

Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo. A la mañana siguiente el niño vio el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio.

Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
FIN

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